Globalización vs Nacionalismo

          Es sorprendente la frecuencia con la que personas poseedores de un bagaje de cultura y conocimientos por encima de la media, pasan por alto cuestiones de lógica elemental. Lo cual me lleva a confirmar que aunque se tengan conocimientos, si no los saben utilizar, de poco o nada sirven.

Si lo razonan un momento, la idea del nacionalismo es simple; divide en “nosotros” y “ellos”. Es una enfermedad (meme parásito) que se aprovecha de un primitivo instinto de pertenencia proveniente de nuestros primeros días como animales en manada. El nacionalismo o regionalismo actual no difiere en su núcleo del desprecio que sentían nuestros antepasados por individuos de una caverna diferente a la suya. Lo único que ha cambiado es la magnitud de la extensión geográfica que se considera propio, y que los límites ahora son políticos e imaginarios en vez de ser geológicos.

Algunos intelectualoides, (a los cuales no les resto mérito en su acumulación de conocimientos, pero insisto en que no los saben aprovechar), alegarán cuestiones históricas y sociales para respaldar esta idea. Pero pecan de conocimientos incompletos, pues si se remontaran lo suficiente en el tiempo se darían cuenta que todas las personas descendemos de un individuo en común, nuestras diferencias son sólo superficiales.

Y eso es a un alto nivel, por llamarlo de alguna forma respecto a otro más bajo; el del vulgo, el cual es aún más tonto y por supuesto, irracional, pues quien porta esta enfermedad mental se convence a sí mismo que el lugar donde ha nacido es mejor que los otros por el mismo hecho de haber nacido ahí.

Un paso en la dirección correcta como especie sería borrar las diferencias artificiales de la nacionalidad y considerarnos como lo que somos en realidad; parte de una misma especie. Y no se preocupen si padecen este mal, el nacionalismo se cura leyendo, pensando y/o viajando. Yo recomiendo tomar los tres remedios.