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viernes, 26 de julio de 2013

El amor y las relaciones de pareja

          Las relaciones entre seres humanos son en extremo complejas, y si hablamos de relaciones de pareja, el asunto se complica aún más. Las diferencias entre hombres y mujeres debieron ser muy evidentes desde el nacimiento de nuestra especie, revelándose estas al mismo tiempo que aparecía la conciencia en el colectivo. Se tienen evidencias de que por lo menos desde hace 20,000 años la humanidad tenía claras diferencias sociales basadas en el género. Se sospecha incluso que existió un periodo en el que las mujeres ocuparon un sitio privilegiado en varias civilizaciones, gracias al misterio que envolvía al fenómeno de la concepción.

Sin embargo, el comportamiento actual de los seres humanos está influenciado en su mayoría por factores cuya existencia se remonta a millones de años en el pasado. Por asombroso que a algunos les parezca absolutamente todos los sentimientos que experimentamos son generados por la química cerebral. Los que nos atañen para el tema en cuestión son los sentimientos hacia otras personas. Como el enamoramiento, el afecto, la ternura, el cariño, el amor,  etc.

Los sentimiento de enamoramiento y amor son los principales mecanismos para asegurar la reproducción en la especie. Seguro están pensando que la atracción física y el deseo sexual ganan indiscutiblemente en éste rubro, pero ellos sólo garantizan el acoplamiento y la fertilización. Para elevar las expectativas de supervivencia de la indefensa descendencia en sus primeros años es indispensable procurar un ambiente de protección y cuidado por parte de los progenitores. Esto supone un evidente sacrificio para estos; de recursos, tiempo y esfuerzo. Así los instintos que vemos en los mal llamados “animales superiores” siguen operando casi de forma idéntica en los humanos. De ahí que los sentimientos de fraternidad, ayuda y sacrificio hacia nuestros semejantes no sea otra cosa que instintos de supervivencia mezclados en una maraña compleja en nuestros cerebros. Esto lo explica con elocuencia Richard Dawkins en su laureada obra El Gen Egoísta.

Así pues, el enamoramiento provoca mediante estímulos químicos que nos recompensan con un complejo y agradable estado de placer, querer permanecer junto a una persona más allá del simple acto de coito. El amor entra en acción para garantizar con un estímulo todavía más potente que deseemos compartir incluso toda nuestra vida con esa persona que ha entrado en el catálogo cerebral con la etiqueta “especial”.  La Antropóloga Helen Fisher se ha dedicado a comprender las emociones y ha logrado comprobar que todo cuanto ocurre en el amor puede ser explicado en base a la actividad electroquímica del cerebro. Por lo tanto los mecanismos se suceden unos tras otros transformando aquél tórrido romance en una relación de amistad, cariño, afecto y una especie de seguro para satisfacer de forma casi mecánica una de las necesidades básicas que contempla la Pirámide de Maslow.

En un análisis superficial esto sonará muy crudo, frío y tal vez hasta simplista, pero yo considero que así como podemos saber la preparación, ingredientes o incluso los compuestos químicos de un pastel y aún disfrutarlo al comerlo. También podemos no sólo disfrutar el sentimiento llamado amor, sino quizás aprovecharlo más al experimentarlo, o recuperarse pronto al perderlo, si se comprenden los mecanismos y factores que influyen en su funcionamiento. Uno de ellos es su caducidad. Muchos neurólogos y psicólogos como Robert Sternberg han podido encontrar un patrón en este sentido, y casi todos están de acuerdo en que el periodo de enamoramiento en la mayoría de las personas dura tres meses y en algunos casos hasta un año y para el caso del amor por lo general dura un año pero puede extenderse hasta tres y en casos extraordinarios hasta diez. Curiosamente este periodo se ve claramente reducido si la pareja procrea.

La teoría triangular del mismo Sternberg contempla 3 ejes, intimidad, pasión y compromiso, cuyas combinaciones dan hasta siete diferentes tipos de amor, siendo el Amor Consumado el ideal pero que pocos alcanzan y virtualmente nadie logra sostener. Las personas en este estado “ideal” pueden considerarse personas afortunadas sólo porque están dentro de uno de los parámetros antinaturales que nuestra sociedad dicta, la monogamia.

Otro antropólogo, Art Aron, se dio a la tarea de comprobar si un grupo de personas que afirmaban seguir enamoradas y amando a sus parejas decían la verdad o una novelesca mentira. La resonancia magnética funcionó mejor que un polígrafo para desenmascarar la “noble” mentira en la mayoría de los casos, sin embargo algunos sujetos no mentían. Las áreas del cerebro asociadas con el amor, la pasión y el enamoramiento, todavía estaban activas  a más de 25 años de haberse disparado, sus células ApEn seguían produciendo dopamina cuando el sujeto de estudio pensaba o veía a su pareja.

Existen incontables manuales, libros y recetas que ofrecen guías para llevar una vida de pareja exitosa, pero la verdad es que no hay una fórmula estándar para lograrlo. Y por lo que sabemos al día de hoy, amar a su pareja y aún más raro; ser correspondidos después de varios años de relación, es una rareza o anomalía de la naturaleza.

Sin embargo podemos disfrutar de los periodos de tiempo que decidamos compartir con otra persona. Evitando en la medida de lo posible sufrir innecesariamente. Debemos ser honestos con nosotros mismos y discernir si la persona que tenemos enfrente nos atrae sólo físicamente o a otros niveles, y por supuesto, hacérselos saber y no dar falsas expectativas. Tengamos en cuenta que no existe persona en el mundo que sea perfecta, y si le agregamos a eso las preferencias de cada uno, la búsqueda de la pareja ideal se convierte en una cruzada frustrante, absurda y sin fin. Cuando tenemos una pareja estable, y sobre todo cuando decidimos vivir con ella, siempre le encontraremos defectos, si nos son tolerables deberíamos tener la madurez suficiente de ver sus virtudes y aceptar esos pequeños detalles, pero jamás intentar cambiarlos, esto sólo precipita la ruptura pues no se está aceptando a la persona tal y como es. Si sucede que no podemos pasar por alto sus faltas más vale decirlo a tiempo y evitar conflictos desgastantes. En realidad salir airoso de una relación moribunda no es tan difícil, sólo hay que ser honestos y maduros como ya he dicho. Y sobre todo no sentirse mal u obligado a seguir en una relación en la cual ya no se quiere estar.

Muchos estarán pensando que tomando en cuenta todo lo expuesto casi nadie podría llevar una relación de pareja, y menos aún sostenerla por mucho tiempo, ya no digamos toda la vida. Están en lo correcto, no importa si consideran que está bien o mal, es simplemente la realidad. E iría aún más lejos, hay algunas personas, que ni siquiera deberían intentarlo, pues no están hechos para ello.

martes, 23 de julio de 2013

Observando la partida de ajedrez


        Como reacción a mis críticas, ideas y comentarios sobre los problemas sociales de la humanidad y en especial por mis ataques a los izquierduchos y motivadores New Age (que dicho sea de paso tienen más cosas en común de las que ellos mismos imaginan), constantemente me preguntan; “¿Ah sí habladora, qué haces o qué propones entonces para solucionar la situación?”.

La respuesta corta; nada.

Ahora la respuesta larga.

Para empezar a darnos una idea de dónde estamos parados podemos tomar como referencia la Escala de Kardashov, propuesta por el astrofísico ruso Nikolái Kardashov, en la cual se clasifica el nivel o evolución tecnológica de una civilización en tres niveles, donde el nivel I corresponde a una civilización que ha logrado el dominio óptimo de los recursos de su planeta origen, logrando un equilibrio de la especie con su entorno, satisfaciendo sus necesidades y explotando los recursos por debajo del límite de renovación sin sacrificar el equilibrio para futuras generaciones, es decir, una civilización que ha alcanzado la sustentabilidad.
El nivel II corresponde a una civilización que ha dominado de esta misma forma los recursos de su sistema solar y el nivel III de su galaxia, alcanzando virtualmente la supervivencia independientemente de su medio.

Como ya se imaginarán la humanidad ni siquiera ha alcanzado el nivel I, las especulaciones más optimistas indican que “sólo” nos faltan unos 200 años para alcanzar dicho estado, pero tomando en cuenta que la humanidad tiene 50,000 años de existencia, creo que podemos decir que nos falta relativamente muy poco. Como nota, para el nivel II faltarían 100,000 años más y para el nivel III más de un millón.

Ahora tomemos en cuenta que la tecnología avanza mucho más rápido que la sociedad, en realidad poco ha cambiado desde la edad media a la fecha en materia social. Prácticamente desde que la humanidad comenzó a especializar individuos en diversas actividades han existido las diferencias de clases, y eso es lo que continúa hasta nuestros días. 

Cualquier persona se da cuenta de que en el mundo existe una abismal desigualdad entre los diversos grupos humanos, generalmente se resume en inequidad en el poder adquisitivo. Lo cual lleva a dejarse seducir fácilmente por la fantasía de la igualdad y el espejismo de "justicia" que en primera instancia suena maravilloso pero que en la práctica es imposible de alcanzar porque tales conceptos no son naturales.

El ser humano no es otra cosa que una especie más del reino animal que habita este planeta, el cual desarrolló un grupo de características y habilidades, principalmente mentales, que hacen posible la conciencia de su propia existencia, el lenguaje, la previsión del futuro y la creación de herramientas, entre otras. De la misma forma que los cocodrilos desarrollaron un potente y envidiable sistema inmunológico capaz de proteger heridas graves en pantanos infestados de bacterias. La impresionante vista del halcón que le permite distinguir una presa de 30 cm a 7 kilómetros de distancia. O los 400 Km/h que puede alcanzar un escarabajo tigre. Las capacidades de los humanos antes mencionadas le han otorgado la supremacía sobre el resto de los animales, pero eso no cambia el hecho de que nos sigamos rigiendo por las leyes básicas de competencia, supervivencia, reproducción y evolución. Y como en todas las especies, los individuos varían en calidad y cantidad de dichas capacidades; los hay más fuertes, más rápidos, más inteligentes, más cooperativos, etc.

Es un absurdo entonces pedir igualdad para todas las personas, y la máxima socialista "De cada cual según su capacidad, a cada cual según su necesidad" se torna innocua cuando agregamos las preguntas "¿de acuerdo al criterio de quién?" y "¿regulado por quién?", de inmediato se hace evidente que de cualquier forma habrá uno o más grupos que deban tener mayor poder sobre el resto de los grupos que componen la sociedad. Y ejemplos tenemos muchos, el más notable para el continente americano es Cuba, donde se tiene una calidad de vida promedio muy superior a la del resto de los países en desarrollo siendo una nación mucho más pobre que estos. Pero a cambio de un espeluznante control y represión gubernamental y el sacrificio de muchas libertades individuales. Este tipo de intentos por alcanzar una sociedad utópica han fomentado la proliferación de ciudadanos cultos con una tremenda frustración de realización humana ya que el mismo gobierno que les procura una calidad de vida mayor, les impide ser libres de ir más allá porque rompería el frágil equilibro de la organización estatal, así que el objetivo de justicia e igualdad se viene abajo estrepitosamente.

Me sorprende hasta cierto punto la admiración por Karl Marx por señalar lo evidente; que el sistema no funciona para la mayoría (eso creo que todo el mundo lo nota).  Y me sorprende también lo ingenuo que es; se limita a vaticinar una lucha de clases… que el sistema colapsará porque es insostenible… cualquiera que haya llegado al bachillerato, la preparatoria o el high school poniendo atención en sus clases de historia debería haberlo notado. Todas las sociedades humanas siguen exactamente el mismo patrón. Hay un florecimiento impulsado por el valor agregado (plusvalía) proporcionado por la clase oprimida que la clase dominante (los dueños del capital o medios de producción) acumularán estimulando a sus oprimidos a través del consumismo, acaparando cada vez más y más hasta que el sistema se vuelve insostenible y estalla una revolución o guerra impulsando unos peldaños más a la tecnología… todo para empezar de nuevo el ciclo. Una y otra vez  el mismo círculo vicioso.

Einstein lo dijo elocuentemente "Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados". Siempre se escucha lo mismo una y otra vez, que los políticos son basura, que hace falta más educación, que hay que dar oportunidades para todos, que hay que hacer cambios.

Los partidarios de las ideologías de izquierda, generalmente cultivadas en universidades públicas del tercer mundo, intentan métodos radicales y hasta cierto punto inocentes, para tratar de cambiar estos sistemas que están engarzados en lo más profundo de nuestra naturaleza. No dudo que la enorme mayoría tiene buenas intenciones y considera de forma genuina que es la vía correcta para brindar felicidad a la mayoría de sus conciudadanos. Pero cometen un curioso pecado que a su vez critican en el resto de la población; han sido adoctrinados sin darse cuenta. Han adoptado un enfoque e incluso podríamos decir, una filosofía sembrada por sus profesores y algunas figuras rebeldes y arcaicas como Marx y Guevara, sin darse el tiempo y la tarea de documentarse e instruirse en diversas corrientes del pensamiento humano a lo largo de la historia. Y hablando de historia, echaré mano de un par de frases a las que recurro frecuentemente "la historia enseña a quien quiera aprender de ella" o "Aquél que no conoce la historia está condenado a repetirla", es bastante claro que con protestas y aún menos con desobediencia civil o violencia no se logra nada tangible, ¡durante miles de años ha existido la lucha de clases, se ha derramado muchísima sangre, se han perdido billones de vidas, se dan revoluciones aparentes pero nunca se consigue la igualdad utópica!, y si alguien quiere refutarme le invito a hacerlo. El "logro" más notable y que de hecho fue pacífico, ha sido la independencia de la India por el movimiento nacionalista de Gandhi... ¿pero realmente qué logro?, una libertad ilusoria, una mejora ficticia. ¿Acaso se acabó la pobreza e injusticia en aquél país?, ¿dejaron de existir grupos de acaudalados y grupos de oprimidos?, no, sencillamente cambiaron de nombre los integrantes, pero el mismo sistema de fuertes y débiles quedó intacto simplemente porque es lo natural.

El grueso de la población mundial se encuentra sometida y adormecida, y los pocos que se rebelan lo hacen equivocadamente. Con violencia en muchos casos, vandalismo contra sus similares, anarquía sin sentido y en el mejor de los casos; marchas y protestas que sólo incomodan a los mismos individuos que dicen defender y de quien ilusamente esperan su apoyo. No se ponen a pensar que tienen como contrincantes a maestros de ajedrez, no muchachos impetuosos a medio educar como ellos. Se pierden arremetiendo contra la zanahoria que les han puesto frente a sus narices; las figuras públicas. Qué inocentes son al pensar que estos políticos que en su gran mayoría no han leído ni un libro entero y son incapaces de articular una idea coherente por sí solos, sean los verdaderos estrategas y dueños del mundo. No, lo que ven son títeres, son peones, los que verdaderamente tienen el control están sentados detrás del tablero donde mueven sus piezas. La manera de hacer cambios reales y tangibles es siendo más astutos que ellos, más pacientes que ellos, más cultos y con más recursos. ¿Pero qué es más fácil?, ¿plantarse algunas horas (o los más comprometidos, algunos días) con pancartas y gritando consignas frente a los títeres del poder?, ¿o jugar en serio al ajedrez? Para ganarle a un ajedrecista no se pone a un boxeador del otro lado del tablero.

Aquí les dejo a los impetuosos y entusiastas del cambio un plan infalible y garantizado para reorganizar el mundo a su gusto.
Primero tendrían que meterse en el sistema  para detonarlo desde dentro con inteligencia, con paciencia, con verdadera estrategia. No golpear como un niño malcriado el tablero esperando ganar así la partida. Estos "infiltrados" idealistas tendrían que prepararse para jugar el juego con todas sus reglas justas o injustas, hacerse de un capital, crear empresas y poner primero en práctica con sus propios empleados todas esas ideas bellas de igualdad y justicia. Y si milagrosamente solucionaran los problemas de envidia, competencia (totalmente natural y humana) y ambición de su micro-sociedad, entonces podrían esperar a ser suficientes los infiltrados con poder y recursos para hacer los cambios sabios y pertinentes que consideren necesarios. Todo sin haber derramado una sola gota de sangre, sin haber roto un sólo cristal, sin haber bloqueado una sola calle, y lo mejor; con efectos reales. ¿Qué sus maestros y líderes no les recomendaron leer no sólo El Capital si no también, El Arte de la Guerra o el Príncipe de Maquiavelo?, o vamos, ¿por iniciativa propia no tendrán ansias de saber más allá de lo que les dicen que es bueno leer y aprender?

Más de uno lo ha intentado, y lo sé porque muchas personas que tienen ya la edad y la posición para haber completado todo el plan, siendo ahora dueños de empresas, han conversado conmigo, ¿y saben qué pasó?, cuando hicieron todo ése esfuerzo, cuando levantaron una empresa donde por fin podrían hacer justicia a micro escala, voltearon a ver a la mayoría de sus empleados, incultos, adormecidos, crédulos, sin afán de mejorar nada e incluso con actitudes en extremo negativas y mediocres, y se preguntaron a sí mismos si valía la pena esforzarse por esa masa, si debían ellos seguir sus ideales y compartir esa riqueza y bienestar con esos que hacen el mínimo esfuerzo aunque sus hijos pasen hambre. La respuesta fue contundente.

Pensemos en lo evidente, alguien realiza tareas simples o incómodas porque no quiere o no puede hacer más. Y otros se esfuerzan mucho más (con métodos loables o no) y es absurdo pedirles que renuncien a la calidad de vida que se han procurado. Aún si metemos en la ecuación a la tecnología, cuando se desarrollen y produzcan en masa los androides que realicen las tareas más mundanas y desagradables que ahora se hacen por humanos, la naturaleza de nuestra especie será la misma y habrá quien deba "administrar las cosas".

Frecuentemente escucho la consigna "abajo los de arriba, arriba los de abajo", y yo me pregunto; ¿en qué cambiaría las cosas eso?... ¿será simplemente que los de abajo no es que quieran igualdad, si no que quieren estar gozando de los manjares de los de arriba?

Sin embargo no todo es oscuridad, evidentemente la humanidad ha ido avanzando y acepto que en gran parte del mundo sigue siendo inmisericorde y salvaje, pero hay bastantes islotes de grupos humanos con quienes se puede convivir en algo que ya puede empezar a llamarse verdadera civilización.
Pero somos como especie, un organismo vivo que lentamente reemplaza sus células y madura. Contrario a lo que les han hecho creer esos motivadores farsantes de los que les hablaba en un principio y las frases motivacionales impresas en sus cajas de cereal; una célula no hará la diferencia, ni habrá efecto cascada repentino de la misma forma que una mutación en el ADN no provoca que un pato procree a un cocodrilo.
A lo que sí puede aspirar una de esas minúsculas células llamadas personas, es a llevar una vida con el mayor número posible de alegrías y el menor número posible de abusos hacia sus semejantes. Dejar un legado por ego y porque está en nuestros genes, y disfrutar en resumen a su manera la corta vida que tiene.

Algunos aún querrán sacrificarse por la especie, y está bien si eso los hace felices. Pero tomen en cuenta lo que ha sucedido con las personas que más lejos han llegado con tales empresas; los más exitosos logran modificar un poco las cosas y luego todo vuelve a su curso y velocidad natural de cambio, como aguas que regresan al cauce de un río después de una tormenta.

Por mi parte he llegado a la conclusión de que debo mirar a mis semejantes desde lejos, analizando su conducta y sus tendencias e interactuando hasta donde sea conveniente, disfrutando de mi vida todo lo que me sea posible.

miércoles, 3 de julio de 2013

Ecuación Berenoza

          Ayer mientras lanzaba algunos acertijos por Twitter se me ocurrió poner esta ecuación que quizá alguno ya conozca, ¿pueden desenmarañar el problema? ¿la ciencia se equivoca a niveles básicos? ¿los detractores de la ciencia se regocijarán?